EL COJO BILLY En la casa de los Gonzáles había silencio después de haber recibido la llamada telefónica. La alegría se había insubordinado y la juerga ágil que se estaba preparando para el nuevo visitante se detuvo en la parsimonia de los menesteres domésticos. Ayudaba a la atmósfera triste el recalador frío que hacía más doloroso el acontecimiento que don Sergio y sus tres hijos pequeños empezaban a repudiar. Tenían los ánimos subvertidos por la mala noticia, y la inspiración de hacía solo quince minutos que tenían los niños sobre cómo jugarían con el pequeño instantáneamente se esfumó. - ¿Quién quiere ir conmigo al hospital? - preguntó don Sergio con gravedad. Luis, Juan y Pedro se miraban la cara, en realidad ninguno quería acompañar a su padre. Este insistió, y los niños se sentían machacados en su estado de ánimo por la pregunta. Y es que saber que la noticia de la forma cómo nació su nuevo hermanito había desvalijado de sus corazones todo deseo de ayudar al padre